¿Cómo superar la amaxofobia o perder el miedo a conducir?
Cada persona es única, siente y reacciona ante los miedos de manera diferente, así que no hay un único tratamiento para superar la amaxofobia.
Es importante elaborar un plan de intervención:
- Entender el miedo como una de las emociones básicas, adaptativas, necesarias e imprescindibles del ser humano.
- Concretar el nivel del miedo a conducir de cada persona, y así poder solucionar cada caso de manera personalizada.
- Conocer las principales técnicas de relajación, de gestión emocional útiles para perder el miedo a conducir y que puedas elegir la más adecuada según tu personalidad.
La terapia cognitiva conductual, PNL, Mindfulness, técnicas de respiración, de relajación muscular, hipnosis, ejercicios de visualización y cambio de creencias, tapping, etc.
Se trata de tener recursos y habilidades para conseguir tu objetivo de conducir sin miedo.
Revisar las diferentes estrategias que estén a tu alcance y elegir las que creas más eficaces, para practicarlas y quedarte con las que realmente te aporten mejoras y avances.
Puedes cambiar la manera de vivir tus miedos si cambias la manera de percibirlos Clic para tuitearPuedes cambiar la manera de vivir tus miedos si cambias la manera de percibir e interpretar lo que sucede a tu alrededor cuando conduces.
Si modificas tu actitud, como consecuencia también será diferente la manera en que reacciones cuando estés conduciendo.
¿Se puede superar la amaxofobia o miedo a conducir?
La respuesta es que: SÍ!!!, con algo de esfuerzo y mucha constancia.
Lo primero de todo es que te hayas interesado por querer perder el miedo, nadie puede hacerlo por ti, así que es un muy buen comienzo.
Es como el que quiere dejar de fumar o hacer una dieta, pueden haber personas que te animen y quieran ayudarte a conseguirlo, pero la clave del éxito es que tu mismo quieras hacerlo porque requiere voluntad.
La voluntad de querer cambiar esos hábitos, en tu caso, sería cambiar el hábito de sentir miedo cuando conduces o piensas en conducir.
2o paso: Calibrar ese miedo. Puedes hacer nuestro test general de amaxofobia para empezar. Hay otros más específicos, sobre la climatología, las vías o circunstancias concretas.
Realizar el test te ayudará a darte cuenta de cuáles son las situaciones o circunstancias que te generan un mayor conflicto.
3er paso: Entrenar la mente. No tiene ningún sentido ponerte al volante de un vehículo si no aceptas y aprendes a gestionar los síntomas que puedan aparecer (temblores, mareos, sudoración, taquicardias…)
- Descubre qué piensas: pensamientos negativos y creencias limitantes.
- Detecta lo que sientes: Los síntomas que aparecen y las emociones que relacionas con ellos, como pueden ser, sentir más miedo, ansiedad e inseguridad, entre otros.
- Toma conciencia de lo que haces: Conducir con sentimientos desagradables o evitar conducir.
Si intervienes y cambias uno de estos tres bloques (pensamientos, emociones y conducta), conseguirás romper el círculo vicioso de la amaxofobia.
Evitar conducir, irremediablemente aumenta el miedo.
¿Cómo romper el círculo vicioso del miedo a conducir?
Actuando sobre UNO de los tres elementos principales o ir combinando pequeños cambios a cada uno.
- Cambiar los pensamientos y creencias limitantes a auto afirmaciones positivas o frases de poder.
- Aceptar los síntomas que aparecen y aprender técnicas que te ayuden a bajar su intensidad.
- Conducir.
¿Cómo?
Detecta los pensamientos irracionales: Toma conciencia de cuáles son los pensamientos que te limitan cada vez que aparezcan, escribe una lista y cuestiónalos de la manera más objetiva posible.
Hasta qué punto son reales, útiles y si ese tipo de pensamientos te ayudan a superar el miedo a conducir.
¿Podrías pensar de otra manera?
Practica técnicas de relajación y de gestión emocional.
Hay muchas y diferentes técnicas, fáciles de practicar: respiración diafragmática, relajación muscular de Jacobson, meditar, mindfulness, yoga, visualización, hipnosis.
Cada día, reserva de 30 a 60 minutos para practicar. Sí, has leído bien: cada día, de 30 a 60 minutos. ¿Te parece mucho?, puedes repartir el tiempo en varias sesiones.
Agenda cada día a qué hora u horas practicarás, qué técnica y durante cuánto tiempo. Puedes programar alarmas en el móvil como recordatorios.
Piensa que si improvisas, será más difícil ser constante.
Debes practicar para que cuando aparezca al activación fisiológica, puedas gestionarla de manera eficaz.
Cuando te sientas preparada y con ganas,
Hay que conducir.
Si al principio ni siquiera te atreves a poner el motor en marcha, empieza por sentarte en el coche y dedicar unos minutos a habituarte el estar dentro de él. Regular el asiento…, los espejos…, ponerte el cinturón…, sujetar el volante e incluso simular el cambio de marchas.
Haz que sea un espacio acogedor, limpio y ordenado. Pon tu mejor música, un ambientador que te guste, un detalle que te traiga buenos recuerdos, hay gente que pone los zapatitos del peque, o un adorno que te guste, en fin, detallitos que te hagan sentir bien.
Piensa que la conducción no se olvida, no será empezar de cero como cuando aprendiste por primera vez.
Tanto si hace mucho tiempo que no conduces, como si no has dejado de conducir y el miedo se limita a ciertas situaciones, puedes valorar:
- Hacer alguna clase de reciclaje en una autoescuela. Nadie mejor que un formador vial para que te acompañe, te corrija si es necesario, y te explique, cómo afrontar de la mejor manera, las situaciones que te generen ansiedad en la circulación.
- Conducir acompañada por algún familiar, o amigo/a, que sepa qué te pasa y con quien te sientas cómodo.
- Conducir sola. Primero por lugares amplios y sin demasiado tráfico para ir aumentando la dificultad progresivamente, a medida que también aumente tu confianza.
No importa si recorres una calle, divide tu objetivo en pequeñas metas que puedas cumplir y prémiate por ello, y si no lo consigues a la primera no importa, no hay límite de intentos.
Aquí tienes un resumen de las estrategias para poder alcanzar tu objetivo de perder el miedo a conducir:
Estrategias para liberarte del miedo a conducir:
- No juzgues tu conducción ni la de los demás.
Tampoco te sientas juzgada. Confía y cree en ti. - No te anticipes a lo que pueda pasar pero que no está sucediendo.
Pon a raya a tus pensamientos y creencias limitantes. - Practica diariamente las técnicas de relajación y de gestión emocional que hayas elegido.
- Haz del vehículo un espacio propio, llévalo limpio, ordenado, pon un ambientador agradable que te guste, algún detalle personal. (Yo llevo una diadema de pequeñas flores que me recuerda un bonito día en una feria medieval).
Prepara una lista de música que te guste, que te motive, que te traiga buenos recuerdos, y si cantas mejor! - Disfruta del trayecto y no pienses únicamente en el destino. Divide tu objetivo en pequeñas metas.
- Verbaliza o narra tu conducción, te ayudará a centrar la atención en lo que ves y estás haciendo, a la vez que alivia el nivel de tensión.
- ¡Practica! Ya sea en una autoescuela con un formador vial especializado o en el día a día de tu conducción si lo prefieres. Pero lo más importante es que no evites conducir.
Para superar la #amaxofobia, exponte de manera gradual y afronta tu miedo a conducir Clic para tuitear
Una vez que te comprometes contigo misma a perder el miedo a conducir, no hay marcha atrás.
La constancia será tu mejor aliada para superar la amaxofobia.
Habrán días en los que te sientas orgullosa de lo que has conseguido. Otros en los que querrás abandonar porque creerás que no avanzas o que te has quedado estancada.
¡No te rindas!
Lo fácil sería no hacer nada.
Para superar la amaxofobia deberás abrazar y aceptar el miedo. Entender que su finalidad es protegerte, cogerlo de la mano, y llevártelo a dar un paseo. Actuar y conducir, pese al miedo.
Si no te sientes capaz de afrontar el miedo a conducir o crees que no puedes superar la amaxofobia.
Cuando te decides a afrontar el miedo a conducir, el problema, es que tú eres la solución.